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Muchos asientos vacíos en Mestalla en el partido ante el Málaga. :: jesús signes
La indiferencia, el mal de Mestalla

La indiferencia, el mal de Mestalla

La entrada ante el Málaga, con el inconveniente de la lluvia, es de las más pobres que se recuerdan en un partido de Liga

HÉCTOR ESTEBAN

Martes, 6 de diciembre 2016, 00:09

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Hace frío en Mestalla. Más allá de la víspera del invierno. La grada ya no se manifiesta. Ni para bien ni para mal. La afición, la mitad de los socios, optaron el domingo por la noche por quedarse en casa. La tarde, lluviosa, no invitaba a cambiar el sofá por una butaca de plastico a la intemperie. Pero el envite ante el Málaga era de los denominados estratégicos para poner distancia con el pozo de los puestos de descenso. La peste de la indiderencia ya es casi una metástasis en el coliseo valencianista.

Ni en los peores momentos se recuerda una entrada en Mestalla tan alejada de lo que siempre ha sido la afición del Valencia. Uno de los argumentos que esgrime la presidenta del club, Layhoon Chan, para retrasar las obras del nuevo estadio -falta de liquidez al margen- es que Meriton quiere trasladar el ambiente que se vive en Mestalla (más bien el que se vivía) al nuevo estadio. Hoy, a esa magia se le ha descubierto el truco. Nada tiene que ver lo que se siente ahora en el coliseo valencianista con el empuje de hace dos temporadas.

Mestalla ha estado durante toda la temporada por encima de los 32.000 espectadores. En el partido ante el Alavés, el único que ha ganado en casa el club esta temporada, se dieron cita en las gradas más almas que en el partido vital ante el Málaga. Y eso que el partido ante los de Pellegrino se jugó un jueves por la noche cuando al día siguiente había colegio y jornada laboral.

Al Valencia sólo le queda un partido esta temporada como local. Será el miércoles 21 de diciembre a las nueve de la noche en la vuelta de Copa ante el Leganés (1-3 en la ida para los de Prandelli). Ese día Mestalla puede ser casi un velatorio pese a que el club ha puesto las entradas tiradas de precio para activar el efecto llamada. Entre 5 y 15 euros.

Además, el domingo se vivió en el estadio del Valencia cierto divorcio entre todas las partes que integran una afición que no hace mucho recibió el premio a la mejor de España. Con el Valencia ganando tras remontar el gol inicial de Fornals, desde la Curva Nord se entonaron cánticos críticos con la actual directiva y exigiendo una rectificación a la medida adoptada el pasado verano por la que los mayores de 30 años no podían ubicarse en la grada de animación. Los cánticos fueron respondidos con pitos por una parte de los aficionados. Esta temporada, el ambiente en Mestalla es impropio del que se ha vivido siempre en favor del equipo, que es el que está pagando ese divorcio con una ausencia evidente de animación.

El pobre número de espectadores ante el Málaga es un serio aviso para un equipo que necesita de sus aficionados para salir de la crítica situación que vive.

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