El Bernabéu, tierra santa para Alves

Ronaldo resopla y con razón. Los centrales le han dejado solo, con algo más de diez metros por delante y la misión de abrir la lata. El portugués tiene dos guerras. La coral, seguir peleando la Liga, y la suya, esa que se va a apuntar Luis Suárez, más letal que nadie esta temporada, para ganar la Bota de Oro. El Bernabéu es territorio Ronaldo, pero quién guarda la última palabra es Diego Alves. Viejos conocidos. El disparo, finalmente, se lo queda el portero, que puede con esa pero no con la segunda. Esta sí, Ronaldo busca el espacio con Abdennour tapando la línea de tiro y encuentra el palo largo para hacer el primero. En 25 minutos ya ha advertido Alves cómo va a ser el partido o al menos lo que aparenta: mucho dominio del rival y presencia continua en su área. Y es en ese tipo de batallas dónde mejor responde el brasileño, a mayor actividad respuestas más rápidas.

Ya no queda rastro de la grave lesión de Alves, que en sus meses de ausencia dio valor a situaciones a las que nunca prestó atención. Necesitó ayuda hasta para ir al water. Poco antes de hacerse trizas la rodilla en Almería, Alves pasó por el Bernabéu para arruinar las opciones del Real Madrid de ganar la Liga. El 10 de mayo de 2015, tenía el equipo blanco dos puntos de desventaja con el Barcelona. Después del recital del brasileño con un penalti parado a Ronaldo incluido, el empate (2-2) y a falta de dos jornadas, Ancelotti y compañía claudicaban ante el Barça.

Justo un año después regresaba el Valencia al Bernabéu con un escenario similar, aunque en 2015 sumó un punto que le servía para seguir soñando con la Champions y ahora se encuentra en el limbo, intentando trepar puestos en la tabla para embolsarse una mayor cantidad de dinero por los derechos televisivos. Algo no ha cambiado: Alves sigue en sus trece, convencido de que el estadio del Real Madrid es tierra santa para él. Y en la primera parte muestra una parte de su potencial con una soberbia parada a Lucas Vázquez y otra a Benzema. Dos formas distintas de salvar el gol, dos manos ganadoras. Aún así, el Valencia pierde 2-0 'gracias' a la vital ayuda de Fernández Borbalán.

La charla y retoques de Ayestarán en vestuarios no han surgido efecto cuando Benzema vuelve a probar a Diego Alves con idéntico resultado: nada. Rodrigo marca y el partido entra en una fase de ida y vuelta. A cien metros del brasileño emerge la figura de otro portero con muchas ganas de destacar, Kiko Casilla. Y entre parada y parada va ganando el choque en intensidad y polémica, goles e incertidumbre. El último gran servicio de Alves para el Valencia lo lleva a cabo, de nuevo, contra Lucas Vázquez. El brasileño observa la vibrante reacción de su equipo pero Ronaldo encuentra el pasillo entre la defensa para hacer el 3-1. Un golpe que parecía definitivo a falta de 30 minutos.

Se empeñó el Valencia en que no lo fuera y, asentado sobre André Gomes, luchó por el punto hasta el final. El luso llegó justo al Bernabéu (incluso se le dio por descartado dos días antes del choque) pero en la segunda parte dio el fútbol que no ha podido esta temporada. Con André como referente se abalanzó el Valencia sobre el Real Madrid y por el misil del '21' se enganchó al partido. André marcó un golazo en uno de esos escenarios donde siempre están fijos los ojos de los grandes de Europa. Seguro que la Juventus, principal aspirante por hacerse con el valencianistas, también vio cómo André Gomes se parecía al André Gomes de su primer año en Mestalla. Actuaciones así elevan el caché de uno de los futbolistas con más cartel de la plantilla del Valencia.