Borrar
Gary Neville, de pie, con Phil, Angulo, Ayestarán dando indicaciones y Voro.
Ayestarán, al banquillo tras pasar por el palco
fútbol | valencia cf

Ayestarán, al banquillo tras pasar por el palco

Aunque haya ahora más entendimiento con los jugadores, resulta descabellado pensar que la goleada llega fruto de la presencia del vasco

Juan Carlos Valldecabres

Viernes, 19 de febrero 2016, 00:39

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Nunca un cumpleaños como el que ayer celebró Gary Neville (41) había resultado tan provechoso. Festival gastronómico de goles, atracón para el inglés a quien, dicho sea de paso, aunque se mantiene ágil se le intuye cierta barriguita. Él, que el miércoles quiso dejar claro a los cuatro vientos que es quien manda -sobre el terreno de juego- y que es el artífice del sorprendente fichaje de Pako Ayestarán, disfrutó con el regalo de aniversario con el que le obsequiaron sus jugadores. Los mismos que hasta hace cuatro telediarios no sabían si su entrenador les estaba diciendo que era mejor jugar en largo o en corto. Las cosas que tiene lo del idioma y que con el tiempo se solucionan.

Con el tiempo y en este caso con la llegada de Ayestarán. No es que el nuevo ayudante tuviera mucho que ver en la goleada, porque sólo lleva tres días de trabajo -la cifra es literal-, pero la coincidencia en este supuesto agrada a la afición. Todo lo que sea ganar, disfrutar y ir quemando etapas en una competición como la Europa League, pues bienvenido sea.

Ayer pasó algo muy curioso. Había verdadero interés en saber dónde se iba a sentar Ayestarán. Primero por lo de ver quién de todos los miembros del cuerpo técnico era el que iba a dar las instrucciones a los jugadores -siempre los hay mal pensados-, y también por ver si el amplio banquillo de Mestalla daba para tanto ayudante. Pues bien, ya se ha descubierto la táctica. Primero en el palco, y luego en el banquillo.

La primera mitad se la pasó entera Ayestarán en la fila de detrás de donde se suelen sentar los jugadores que no están convocados. Allí estaba él, junto a Andy Scoulding, un analista que Neville se trajo de la selección inglesa y que trabaja, cómo no, para el Valencia. Ayestarán llevaba papel y boli. Tomó anotaciones y dialogó con Scoulding, que es quien está en permanente contacto con Phil Neville en el banquillo. En el Valencia se ha puesto de moda los pinganillos. Unos son para las traducciones y otros para que los técnicos se comuniquen entre sí. Cada vez que había una acción con cuestiones tácticas que tratar, Scoulding cogía el micro y se lo 'cascaba' a Phil.

Abajo, y para que no hubiera dudas, quien daba las instrucciones a los futbolistas era Gary. Enfadado al principio porque su defensa actuaba con el freno de mano a la hora de adelantar líneas y comedido cada vez que el Valencia metía algún gol. Bueno, fue prudente con el primero; también con el segundo; resopló y miró al palco con el tercero, pero en el cuarto se desahogó a gusto, para acabar de desbocarse en el quinto con gesto de rabia con el puño cerrado incluido y con orgía en el que hacía Rodrigo para cerrar la noche.

Como la cosa estaba más que encauzada, la segunda mitad se la pasó en su mayoría el técnico inglés sentado. Allí estaban todos. De izquierda a derecha, Phil, Gary, Angulo y Ayestarán. La normativa dice que en los banquillos pueden sentarse siete miembros del equipo (técnicos, médicos, utilleros...) y siete jugadores. A este paso, el Valencia tiene todo el derecho del mundo a encabezar una propuesta a nivel mundial para que haya más libertad. Así puede sentarse hasta Peter Lim.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios