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Las gradas de Mestalla, semivacías durante el partido de anoche.
La grada replica con pereza
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La grada replica con pereza

Después de viajar a Singapur, Layhoon regresa para presenciar desde el palco la vuelta de la semifinal copera

Toni Calero

Jueves, 11 de febrero 2016, 00:12

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El camino en Copa se puso franco. Primero Barakaldo, luego Granada y Las Palmas. Iban cayendo rivales y al tiempo, la afición escogía, casi por descarte, la competición del KO como la gran ilusión de la temporada. El sorteo deparó al Barcelona en semifinales, pero poco importaba para una grada ávida de alegrías y acostumbrada además a partidos, y gestas, de todos los colores contra los azulgrana. Mestalla sólo pensaba en dar la cara en el Camp Nou para llegar vivos a casa. Ahí se encargaría el público de echar una mano, como ya hiciera en el encuentro de Liga que, con Voro en el banquillo, se le hizo bola a los de Luis Enrique para finalizar 1-1.

La esperanza la fulminó el Barça en un abrir y cerrar los ojos. El Valencia recibió una de las mayores derrotas de su historia, la que condujo irremediablemente al aspecto que anoché lució Mestalla. El 7-0 abrió como un melón la rabia y la indignación del valencianismo. No sólo de la afición, pero fue ésta la que mayor enfado mostró tras el varapalo copero. Se lo hicieron ver a Gary Neville, criticado hasta la saciedad y salvado contra pronóstico por Peter Lim, también a los futbolistas y al propio dueño. Después de un año terrible, la vergüenza en Copa unida a la decepción de la Champions y los miedos de la Liga, era un cóctel demasiado explosivo como para esperar una dura reacción por parte de los aficionados.

Ayer Mestalla vivió la semifinal más triste de su historia. Vino el Barça, pero no era el Barça. Jugó el Valencia, pero tampoco era el Valencia. Neville y Luis Enrique reservaron a casi todo su arsenal pensando en el fin de semana. Y esa apuesta, la de superar el trámite y a otra cosa, fue también la frialdad de la grada de Mestalla. 16. 400 aficionados acudieron anoche al estadio de la Avenida de Suecia. ¡16.400! Una entrada ridícula motivada por el escandaloso resultado de ida y las continuas decepciones de la Liga.

No ayudó que los abonados tuvieran que pasar por taquilla (10 euros para todos ellos). El Valencia hizo públicos los precios un día antes de la ida y, lo que parecía una medida popular, acabó convirtiéndose en un motivo más para no ir a Mestalla. Pocos socios acudieron a un duelo del todo intrascendente. Entre los 16.400 hubo un buen puñado de jugadores y entrenadores de la cantera. Después de que el diario Marca publicara un mail del Valencia dirigido a los chavales de la escuela 'obligándoles' a ir a Mestalla, el club rectificó y aseguró que se trataba sólo de una opción. Finalmente, fueron muchos los canteranos -y trabajadores de la factoría valencianista- que se acercaron a ver el duelo en directo. Entre ellos estaba Curro Torres, entrenador del filial, que entró poco minutos antes del inicio.

Los (pocos) aficionados que aguardaban al equipo a las 19:30 horas arremetieron contra Gary Neville y los futbolistas. Hubo pancartas en contra del técnico inglés y gritos para los jugadores. La banda de música intentó aplacar los cánticos, pero no lo consiguió. Y la Avenida de Suecia iba cogiendo color conforme se acercaba la hora del encuentro.

Era un día de cuentas pendientes entre la grada y la plantilla blanquinegra, pero la poca asistencia y los muchos seguidores del Barça (el gol de Kaptoum fue celebrado en muchos rincones de Mestalla) provocó que la entrada de los jugadores no resultara demasiado crítica. Con la megafonía anunciando el once, hombres como Danilo, Piatti o Negredo sí recibieron muchos silbidos. Pero hubo aplausos, especialmente dirigidos a uno de los canteranos (Fran Villalba) escogidos anoche por Neville para jugar contra el Barça. El del Cabanyal, por cierto, también se llevó una buena ovación cuando fue sustituido en la segunda mitad.

Mientras, se daba otra imagen muy poco habitual en Mestalla. La televisión enfocaba el palco y por ahí aparecían casi todos los pesos pesados de la plantilla: Dani Parejo, Diego Alves, Javi Fuego, Mustafi, Cancelo, Rodrigo o los nuevos, Cheryshev y Siqueira. Todos ellos acompañados por el director deportivo, Suso García Pitarch.

A pocos metros de los futbolistas que el sábado están obligados a dar el callo contra el Espanyol para alejarse de la zona de descenso, se encontraba Layhoon Chan. La presidenta presenció en directo la dolorosa derrota en el Camp Nou. Desde Barcelona tomó un avión dirección Singapur y, en compañía de Peter Lim, siguieron una nueva derrota del Valencia contra el Betis. Layhoon evitó así otro disgusto desde el palco en el Benito Villamarín, pero ayer, en plena crisis de juego y resultado, ocupó su puesto en Mestalla. Junto a la presidenta estuvo Enric Morera, actual presidente de Les Corts.

El resto del encuentro fue un continuo ir y venir de detalles sin demasiada importancia porque Mestalla sólo maldecía la ida del Camp Nou: su equipo estaba muerto mucho antes de llegar a la vuelta. Jaume, que regresó ayer a la titularidad, se acercó al finalizar el encuentro para compartir unos minutos con los aficionados de la zona sur del estadio. «Jaume, por el disgusto del Camp Nou, quiero tu camiseta», rezaba una pancarta colocada a pocos metros de la portería del castellonense. El meta cumplió con los aficionados, que se fueron a casa fríos, como llegaron. Con un empate que no llevaba a ningún sitio.

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