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En busca de la estabilidad
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En busca de la estabilidad

El objetivo es perfilar un once titular que se pueda identificar, estructurar una columna vertebral y recuperar a los lesionados cuanto antes

Héctor Esteban

Martes, 26 de enero 2016, 00:16

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La semana marcará un antes y un después en el Valencia. El equipo busca la estabilidad necesaria para afrontar la recta final del campeonato. La idea de que la llegada de nuevos jugadores no es sinónimo de éxito se mantiene. Salvo sorpresa mayúscula, no habrá fichajes. Las oportunidades tipo Keita no están en el mercado. Comprar bonito y barato ahora es mismo imposible y las salidas tampoco reportarían el dinero necesario. El mercado se cerrará el lunes día 1 y el plan no es mover ficha. El club está más pendiente de recuperar a los jugadores lesionados -muchos de ellos veteranos- que de incorporar caras nuevas.

Además, el convencimiento actual es que la temporada puede significar una etapa de transición especialmente tras los últimos cambios acontecidos. La idea no es marcar metas a medio plazo sino recuperar al equipo de manera inmediata. Consolidar el proyecto, afianzar a unos jóvenes que llevan pocos partidos en Primera y dejar trabajar a la estructura deportiva para confeccionar un Valencia que no caiga en los errores del pasado.

La estabilidad a todos los niveles dentro de la plantilla es la situación deseada. Todos los cambios que se han producido en las últimas semanas persiguen ese objetivo como punto de partida. El gol de Negredo, en el tiempo añadido, quiere el club que sirva de punto de arranque para pasar a semifinales de la Copa del Rey y para lograr la victoria en casa ante el Sporting de Gijón el próximo domingo. Al Valencia, como pasó en la primera vuelta, el calendario le sonríe en las próximas semanas. Otra cosa es que sepa aprovecharlo.

La recuperación se ha acometido por fases. El rendimiento físico ha sido la primera tarea. Sin piernas es imposible jugar al fútbol. El plan de trabajo de Jordi Sorlí ha ido dirigido exclusivamente a afinar la puesta a punto de los jugadores. La pretemporada, con tres estadías, sirvió para la previa de la Liga de Campeones y para poco más. Los jugadores izaban la bandera blanca a mitad de cada partido ante la imposibilidad de seguir el ritmo de juego de los rivales. Antonio Dias, el preparador físico de Nuno, no mantuvo al equipo en el estado físico ideal con tres competiciones por delante. Atlético de Madrid y Sevilla, que el domingo mostraron en el Calderón un derroche físico espectacular para llevar el partido a empate a cero, están por encima del Valencia en esa condición. La idea a corto plazo de Neville es llegar a esa situación ideal. La orden ha sido desde la llegada recuperar a los jugadores. En el partido ante el Getafe, por ejemplo, el bajón físico provocó que los madrileños tuvieran la oportunidad de llevarse el partido al final.

Junto con la recuperación del nivel físico, el otro gran objetivo es el paso al frente de los veteranos. La aparición de Negredo, que poco a poco asume galones para tirar del carro, se ha visto como un punto de inflexión para la plantilla. Neville tiene muchísima confianza en el delantero. No sólo por la dependencia goleadora, sino por su función de liderar un vestuario que es el más joven de Primera.

La decisión de que porte el brazalete no ha sido gratuita. El objetivo es recuperar al jugador para una causa en la que Javi Fuego, Diego Alves, Feghouli y Enzo Pérez deben de dar un paso al frente. Por edad y temporadas en el club.

Una vuelta que permitirá a Neville armar una estructura de equipo con una columna vertebral reconocible para afrontar los partidos con las menos variaciones posibles. El objetivo es introducir los cambios en el once de una manera más pausada, sin la necesidad de revolucionar por la urgencias de los resultados. En las próximas semanas, el cuerpo técnico quiere que el armazón sea el mismo para dar trasladar lo que se entrena sobre el césped.

Estas son las dos grandes claves que desde el banquillo se entiende que deben sustentar la recuperación del Valencia en un corto plazo. Pasar a semifinales de la Copa de Rey y derrotar al Sporting de Gijón en Mestalla despejaría el camino. Sería una inyección de moral para los más jóvenes del equipo, en los que hay una gran confianza pero que se sienten atenazados por los resultados. Diez jornadas sin perder pesa en las piernas y coarta en muchas ocasiones el atrevimiento de los más niños.

El último aspecto a mejorar es el resultado. El desarrollo del partido. Neville nunca ha ido por delante en Liga. En los siete partidos que ha dirigido al Valencia, la tónica es remar hasta el final.

En Granada, en el partido de vuelta de los octavos de la Copa del Rey, la primera media hora del partido fue desastrosa para el equipo. La mala puntería de los andaluces evitó males mayores. Ryan estuvo a un nivel sobresaliente y Zahibo puso por delante al Valencia al borde del descanso. La segunda parte, con la ventaja en el bolsillo, fue más tranquila para los de Neville. El Valencia mató el partido por la vía rápida.

Pero esa situación de ventaja no la ha tenido Neville en Liga. Siempre ha ido a remolque, con la necesidad de remontar el partido, con la presión de no tener el marcador a favor. En Mestalla, ir por detrás, siempre ha sido un extra de presión para el colectivo.

Entre tanta oscuridad, la única luz es que el Valencia ha sido capaz de remontar -al menos para empatar- partidos que tenía prácticamente perdidos. Incluso hasta en dos ocasiones como ocurrió ante el Getafe, Real Madrid y Rayo Vallecano.

El problema al que se ha enfrentado el equipo valencanistas es que sus rivales siempre le han marcado pronto. Salvo en Anoeta, donde acabó perdiendo en una de las peores segundas partes del campeonato, la charla en el vestuario siempre ha sido con el viento en contra.

El último partido ante el Rayo Vallecano colmó la paciencia de la grada, que despidió a su equipo con una sonora pitada. La segunda parte fue complicada en Mestalla. Con muchos jugadores variando su posición y con la necesidad de sacar algo positivo ante uno de los equipos ubicados en los puestos de descenso de la tabla. A partir de ese partido se sucedieron otra serie de decisiones que afectaron directamente a la privacidad del vestuario como fue el cambio de capitán. Parejo por Alcácer, símbolo para jóvenes como Danilo, Bakkali, Joao Cancelo, Gayà o Ryan, en los que se tiene gran confianza.

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