Borrar
Urgente La borrasca Nelson trae lluvias generalizas a Valencia este fin de semana
Paco Alcácer presencia la lucha entre Dani Parejo y Mikel San José por un balón aéreo. :: efe/luis tejido
Aduriz, único rey en la batalla del gol

Aduriz, único rey en la batalla del gol

Negredo falla una clamorosa ocasión con empate en el marcador y Alcácer apenas dispone de balones en la recta final del encuentro

TONI CALERO

Lunes, 5 de octubre 2015, 00:11

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

El balón perdido en el centro del campo, uno sencillo, hizo correr a Javi Fuego como un demonio persiguiendo a Raúl García. Dudó el asturiano en si debía quebrar al jugador del Athletic, pero decidió esperar la respuesta de Vezo y Mustafi. A la altura del área grande filtró el pase y a escasos metros de la portería recibió el balón Aduriz. Y el resto de la historia, por repetida, fue coser y cantar. Aduriz acarició con los tacos el balón y cargó la derecha para fusilar a Jaume. Una delicia. Un tormento. ¡Otra vez Aduriz! Como en la última visita a San Mamés, como tantas otras veces. «Es nuestra obsesión», admitía Nuno antes del choque. Lógico. La amenaza no era cualquier cosa: el mejor delantero español del último año.

Aduriz no hizo sino corroborar los temores de Nuno. Juguetear con la confianza de la defensa del Valencia. Hacerles creer que su fuerte, salto en vertical, era la única arma. No. Además del tanto que rubricaba el triunfo del Athletic en un estadio rendido a los pies del 'zorro', había demostrado con una asistencia genial a Susaeta lo realmente destacable de su paso por el fútbol: cada día es mejor jugador. Con 34 años.

El único rey en la batalla del gol. En una pelea que le medía con Álvaro Negredo y Paco Alcácer. Dos internacionales. Uno en el intento de volver a ser el que fue, el otro peleando por recuperar el aliento de Nuno. Dos contra uno. Ni así. Aduriz rentabilizó su ocasión y mató el partido contra su exequipo. El mismo que lo vendió por 2,5 millones de euros al entender que estaba hecho para empresas menores. Que lo mejor para las dos partes era emprender un nuevo camino. Pero Aduriz encontró en San Mamés el hogar idóneo para exprimir todas sus condiciones. Su racha parece no tener fin: de los 22 goles que el Athletic ha hecho esta temporada, la mitad llegan de las botas de Aduriz, que empezó el curso robándole la Supercopa al Barcelona.

El partido ya era rojiblanco cuando el donostiarra hizo el tercero. Un desenlace que pudo cambiar Negredo. Con el 1-1, Fehouli regaló una galopada franca al '7' del Valencia. Solo contra Iraizoz. La de veces que Negredo se ha visto en esa. Con el Rayo, con el Sevilla, con el City. El defensa persiguiéndolo y él con los metros suficientes de ventaja para discurrir. ¿Cómo llevar el balón hasta la red? Pudo ser picándolo, con un zurdazo al palo largo, hundiéndolo bajo las piernas de Iraizoz. Pero optó por el regate. Largo e impreciso. Hacia su peor perfil. Con el portero tendido, a Negredo le dio tiempo para sacar el disparo con la mala. Un derechazo inane. A la grada. Y la confianza menguando. Vive del gol. Y esa la había visto dentro.

Otro de su especie, de los jornaleros del estallido final, le sustituyó a falta de 25 minutos para el final. Una nueva vertiente. Si el poderío físico de Negredo no servía para sumar, se intentaría por medio de la pillería y el abnegado esfuerzo de Paco Alcácer. La carrera de presión hacia el portero, el robo al defensa en el momento más inesperado... Pero el Valencia ya estaba en la lona. El centro del campo se consumía. La defensa no sabía si empujar o mantenerse cerca de Jaume para no permitir un varapalo aún mayor. Con De Paul no conectaba lo suficiente. Y Alcácer entendió que no era su partido. San Mamés seguía siendo terreno vedado para él. Luchó hasta el silbido final, pero la coronación ya se había producido. Aduriz retuvo la corona del gol.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios