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JUAN CARLOS VALLDECABRES
Domingo, 30 de agosto 2015, 00:15
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Peter Lim llegó ayer a Valencia con el tiempo justo para ver el partido del Mestalla en Paterna y trajo en su avión a la guinda que le faltaba a Nuno para completar su ambiciosa plantilla. Aymen Abdennour (6-8-1989) se convertía anoche -el club hizo oficial su fichaje pasadas las 23 horas- en nuevo jugador del Valencia para las próximas cinco temporadas. Dos días después de que se concretara la incorporación de Aderllan Santos por cerca de 9,5 millones de euros (15 costó en su momento Otamendi), la cifra queda ampliamente superada por el central tunecino del Mónaco. Abdennour supone la inversión más fuerte realizada en la historia del club de Mestalla por un defensa. Cifrada la operación en torno a los 20 millones de euros más otros cinco en variables, el desembolso por el internacional tunecino hace que la cantidad en cuanto a inversiones producidas este verano se estire hasta la increíble cifra de 158 millones de euros, lo que le hace situarse en el top europeo en lo que a gasto de fichajes se refiere.
Nuno dispone ahora sí del recambio natural de Otamendi, vendido al City por 45 millones, y cuatro centrales claramente definidos en su plantilla, lo que fuerza a Orban a quedarse como recambio de Gayà en el lateral zurdo. Como no podía ser de otra manera, en la negociación con el Mónaco para traerse al central ha participado -además de Lim- Jorge Mendes, a quien en la tarde de ayer se le veía posar feliz y sonriente con el futbolista y con el agente del mismo, en una foto colgada por el propio Abdennour en las redes sociales antes de emprender viaje hasta Valencia. Una vez se cerró el acuerdo con el Mónaco, el jugador se subió al avión privado de Lim (llegó también con su esposa) y juntos pusieron rumbo a la capital del Turia para ultimar posteriormente en las oficinas del club y durante varias horas todos los detalles del contrato definitivo, en presencia de Abdelkader Jilani, el representante del central.
Horas después de que Nuno confesara en rueda de prensa que el mercado para el Valencia seguía abierto hasta el mismo momento que se cerrara este lunes el plazo para fichajes, se daba luz verde a una operación que tuvo sus vaivenes en los últimos días y que contó con la incómoda aparición en escena del Chelsea de Mourinho -amigo también de Mendes-, que pretendía hacerse con sus servicios. Mónaco y Abdennour se decantaron finalmente por el Valencia, club que colma una de sus condiciones prioritarias: jugar la Champions League. El tunecino tenía el compromiso por parte del dueño del Mónaco, Dmitry Rybolovlev, de que aceptaría negociar por un equipo -él quería Premier o la Liga- siempre que fuera a partir de 20 millones de euros.
Se habló tiempo atrás de que tanto el Atlético pero sobre todo el Barça lo tenían en el punto de mira. Él tampoco ocultaba sus pretensiones -al más puro estilo Otamendi- de salir del Mónaco hasta el punto de no jugar la ronda previa por si acaso. «Estoy preparado para jugar en el Barça», llegó a decir a principio de verano para añadir una sentencia que dice mucho en favor del club de Mestalla: «Si el que me quiera no es un equipo grande, no me muevo de aquí». El Valencia lo trae porque se trata de un futbolista contundente (1,87 m, 84 kg), va bien de cabeza, con jerarquía, con cierto manejo del balón y que a sus 26 años se encuentra en su mejor momento de su carrera. No ocupa plaza de extracomunitario, se formó en Susa (Étoile Sportive du Sahel) y fue en el Toulouse (pasó sin éxito por el Bremen) en 2011 cuando comenzó despuntar. De ahí lo fichó el Mónaco por casi 13 millones.
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