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Los jugadores, en la sesión que realizaron ayer por la mañana antes de viajar a Barcelona.
La guerra del Camp Nou
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La guerra del Camp Nou

El Valencia mete miedo a Luis Enrique y éste hace un llamamiento a sus aficionados

JUAN CARLOS VALLDECABRES

Sábado, 18 de abril 2015, 00:21

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valencia. La ruleta de los horarios que marca la LFP ha querido que sean esta vez Valencia y Barça quienes activen el sábado futbolero y que el resto de la cuadrilla (Real Madrid, Atlético y Sevilla) se pongan manos a la obra sabiendo lo que ha sido capaz de hacer el equipo de Nuno en el Camp Nou. Desde luego hoy no hay tiempo para reposar la comida. A las cuatro, casi el momento de sentarse en el sillón, es cuando el balón se pondrá en marcha, justo la misma hora a la que se disputó el partido la temporada pasada y que acabó de la mejor de las maneras para los valencianistas: 2-3, con aportación especial de un Paco Alcácer que vuelve a dejar en la recámara a Negredo, metido en una particular guerra consigo mismo. Negredo fue quien jugó de inicio ante el Barça en la primera vuelta, cuando Alcácer se tuvo que conformar con los últimos nueve minutos. Aquel día estaba Peter Lim en el palco (también se le espera esta tarde) y Busquets decidió el marcador en el minuto 89.

¿Se puede repetir ese 2-3 de la campaña pasada? Desde luego Luis Enrique no se fía ni un pelo y ayer hacía un llamamiento a la afición pidiendo incluso un «Camp Nou en pie de guerra». La verdad es que no va a ser ni mucho menos tan fácil como el 0-4 de Elche y ojalá no sea tan escandaloso como el 1-1 de San Mamés, los dos desplazamientos más recientes que ha hecho el equipo. La dinámica es inmejorable, porque hace once partidos, desde que pasó por La Rosaleda de Málaga (1-0), que el Valencia no conoce la derrota ni en su refugio de Mestalla ni cuando le ha tocado sacar las castañas del fuego en escenarios comprometidos, como el del Calderón. Ese encuentro jugado contra el Atlético le sirve de ejemplo a Nuno y su gente para la cita de esta tarde. Salvando las distancias entre el Atlético actual y este Barça ya definido, entre las cosas que más pueden inquietar ahora del rival en cuestión está la reciente exhibición parisina en la Champions.

Pero el Valencia, al menos hasta este momento, ha sabido dar la cara como visitante en cada uno de los partidos que ha disputado contra rivales de peso. Resistió en el Pizjuán el día del estreno liguero (1-1), se paseó en El Madrigal (1-3) y mantuvo el tipo en el Calderón (1-1). Falta eso sí por saber cómo se desenvuelven los de Nuno en los dos desafíos de más riesgo que todavía le quedan por afrontar esta temporada: el del Camp Nou de hoy y el del Bernabéu de dentro de cuatro jornadas.

Lo que pase esta tarde dejará secuelas para ese cara a cara con los madridistas, en la antepenúltima jornada. De momento nadie duda de la capacidad de este equipo para competir, pero ni con todos esos buenos condicionantes consigue quitarse de encima, al menos hasta este momento, al Sevilla de Emery, por detrás a tres puntos más el golaveraje y que mañana actúa como visitante ante un Granada con el agua al cuello.

Nuno parece que tiene claro que los mismos que ganaron el lunes al Levante son los idóneos para esta nueva cita. Sólo habrá dos matices. Se caen del once Cancelo -Barragán da bastantes más garantías ante Neymar- y Vezo para dejar paso a Otamendi, uno de los encargados de taponar a Messi. El hombre de moda en Barcelona esta semana es Luis Suárez, que desarboló con sus goles al PSG. Será Orban quien tenga que anular al uruguayo, en uno de esos duelos interesantes que ofrece este tipo de enfrentamientos.

Del resto de la composición del probable once blanquinegro, lo único destacable es que no hay precisamente nada fuera de lo normal. Con el paso de los días se fueron cayendo las conjeturas: que si defensa de tres; que si se podría variar el dibujo en el centro del campo; que si poner a Gayà como extremo izquierdo... El lateral valenciano no llega en el tono físico perfecto para este partido y por ese motivo no entró en el ensayo que hizo Nuno el jueves (ayer hizo varias mezclas). Si el técnico no se arrepiente, el 4-3-3 será el sistema, con Gayà de inicio en el banquillo.

Lástima porque cada actuación del joven de Pedreguer es objeto ahora mismo de atención, provocada por esa particular y alterada negociación que mantiene con Amadeo Salvo por la renovación de contrato, quien por cierto en el acto de la Fundación le dio unos toques cariñosos en el hombro en el posado de grupo para los fotógrafos.

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