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Ballesteros defiende a Carew en un Villarreal-Valencia. :: JESúS SIGNES
John Carew cogió su fusil
EL TÚNEL DEL TIEMPO

John Carew cogió su fusil

El noruego firmó ante el Villarreal el único triplete como jugador del Valencia

PACO LLORET

Sábado, 1 de noviembre 2014, 00:04

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Después de tres intentos fallidos, a la cuarta fue la vencida y el Valencia logró salir ganador de un partido de Liga en El Madrigal. El noruego John Carew fue el artífice gracias a sus dos goles, ambos en el segundo tiempo. Desde su primera visita en la campaña 98-99 con Claudio Ranieri en el banquillo, los valencianistas no habían podido cantar victoria. Un par de empates y una derrota por la mínima constituían el balance de un enfrentamiento que se desarrollaba por los cauces de la sintonía absoluta entre aficionados e instituciones. Eran los años de la 'germanor'. La rivalidad se sustituía por una cortesía exagerada.

Para un equipo que había ganado una Liga, una Copa y había disputado un par de finales de Champions en esa época, vencer al Villarreal en su feudo tampoco significaba un reto prioritario. La diferencia entre ambos conjuntos era enorme por entonces, aunque los amarillos ya empezaban a dar pasos para crecer y situarse en la cúpula del fútbol español. En Vila-real no olvidaban el apoyo prestado desde Mestalla con la cesión de jugadores como Angulo, Albelda o Palop, que contribuyeron a que el submarino amarillo alcanzara éxitos tan notables cómo subir a Primera División.

Cuando Carew fichó por el Valencia en el verano de 2000, el Villarreal terminaba de regresar a la máxima categoría después de una campaña en Segunda a la que había caído tras perder la promoción con el Sevilla. En su primer ejercicio, Carew iba a dejar su impronta con goles decisivos, sobre todo el logrado ante el Arsenal, que significó el pasaporte para las semifinales de la Liga de Campeones. Un cabezazo mortífero en el segundo tiempo que no pudo detener el guardameta inglés David Seaman. Antes de aquel momento de gloria que le valió el reconocimiento unánime, el gigante nórdico había logrado, pocas semanas antes, un triplete goleador ante el conjunto del Madrigal en Mestalla. Sus tres goles sentenciaron un choque más igualado de lo que expresó el marcador. Aquel registro ya no lo volvió a igualar, fue su único triplete como valencianista. Una tarde de plena inspiración que acabó decantando el duelo de artilleros mientras el argentino Martín Palermo, recién aterrizado a la Liga española, pasó desapercibido y no logró ver portería.

Carew había llamado la atención de Javier Subirats, como delantero del Rosenborg, un club noruego que se hizo asiduo de la Champions, torneo en el que realizó un papel muy digno. En sus filas destacaba como un delantero de enorme potencia y gran envergadura, buen rematador en el área y con capacidad para desbordar por las bandas.

Sánchez y Carew, Juan y John, compusieron una extraña pareja, el punto y la i; la diferencia de estatura entre ambos no impidieron que se complementaran de maravilla. Ambos fueron los máximos artilleros del Valencia con 12 y 11 goles en la Liga, respectivamente. El papel de Carew se estancó en la siguiente campaña con Rafa Benítez en la dirección del equipo y la conquista del campeonato liguero. La llegada de Mista le hizo perder protagonismo. De hecho, estuvo a punto de dejar el club ante una suculenta oferta del Celtic de Glasgow en el mercado de invierno. Un providencial gol suyo en Mendizorroza aupó a los valencianistas a lo más alto de la clasificación por vez primera en aquella memorable temporada.

En su última campaña valencianista, la 2002-03, Carew protagonizó en El Madrigal una sorprendente actuación: salió del banquillo para sustituir a Angulo, lesionado poco antes del descanso, y logró en la reanudación firmar un par de tantos. El noruego se convirtió en una pesadilla para la defensa y para su portero, Pepe Reina. Ese triunfo situó a los hombres de Benítez en el segundo lugar de la tabla, por delante del Real Madrid pero a cuatro puntos de un sorprendente líder: la Real Sociedad de Xabi Alonso, Nihat o Kovacevic, entre otros. Aquel 0-2 continúa siendo, más de diez años después, el mejor resultado obtenido por el Valencia en sus choques de Liga en El Madrigal.

Lo más sorprendente es que aquel encuentro se convirtió en un cúmulo de adversidades, puesto que en un minuto se lesionaron dos jugadores fundamentales y, ambos, curiosamente, habían sido cedidos al Villarreal: Angulo y Albelda. Además del delantero noruego, tuvo que entrar Enguix en lugar del centrocampista de La Pobla Llarga. Sin embargo, lejos de venirse abajo, los valencianistas cuajaron un partido muy serio y se impusieron con autoridad la última vez que John Carew cogió su fusil. Al finalizar la temporada se fue rumbo a Roma.

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