Expulsión de Mestalla para los que coreen cánticos nazis

Veintidós años han pasado desde aquel día en que Guus Hiddink salió al césped de Mestalla en el calentamiento de su equipo y se le revolvió el estómago. El técnico holandés, natural de Arnhem y con familia muy afectada por el desastre de la II Guerra Mundial, se quedó de piedra cuando en lo alto del estadio, unos aficionados del Albacete -rival esa tarde de los valencianistas- colgaron de una valla una bandera de simbología nazi. No lo dudó Hiddink. Llamó a un empleado del club y exigió que fuera retirada.

Arturo Tuzón, por entonces presidente de la entidad, se quedó alucinado por la actitud del entrenador, llegando a calificar el hecho como una «tontería» y mostrándose ácido con el propio Hiddink al recordarle que su trabajo estaba sobre el césped. Ayer, el Valencia dio un decidido paso a apagar el rescoldo que aún quedaba vivo del domingo pasado, también relacionado con el tema de la ideología nazi.

El club emitió un comunicado oficial advirtiendo su enérgica posición al respecto. Expulsará de Mestalla a cualquier persona que «exhiba o aliente cualquier ideología racista, fascista, xenófoba o radical». Todo ocurrió a la media hora de juego del partido contra el Espanyol. En la zona de la grada que ocupa Curva Nord, se escuchó el cántico 'Sieg Heil', lema que era utilizado por los nazis cuando se producían actos de masas y que viene a significar en su traducción «victoria eterna».

Antiviolencia se ha puesto manos a la obra a la hora de investigar y encontrar los autores de dichos cánticos pero el Valencia ha activado también sus mecanismos de defensa para que no vuelvan a ocurrir. En ese comunicado oficial, la entidad recuerda que ya «impidió preventivamente la entrada al partido ante el Dinamo de Kiev de febrero, de pancartas prohibidas y de aficionados que habían exhibido determinados símbolos antidemocráticos fuera de Mestalla».

La Curva Nord, por su parte, también había reaccionado en la misma línea. La peña también hizo pública su postura bajo la advertencia que echará del grupo a todos aquellos que hagan proclamas fascistas o luzcan indumentaria nazi, sobre todo después de que el lunes el propio Valencia les expresara su postura.

Lo que pretende en este sentido el club es que se desligue este hecho a la grada en general, porque estos «cánticos, condenables y lamentables, de unos pocos no puede manchar la imagen del club y de 43.000 espectadores cívicos. El club pide que no se vincule con esta ideología a la afición», poniéndose a disposición de la Fuerzas de Seguridad. No se olvida el Valencia de ese compromiso adquirido por la Curva Nord de actuar en caso de que se repita. De ahí que por un lado les agradece la intención de «erradicar dichos comportamientos» pero insiste en que «se les va a exigir el cumplimiento de dicho compromiso».

Pero el Valencia fue un poco más allá. En ese comunicado de cinco puntos, no pasó por alto el tuit que subió a la red el dirigente provincial del PSPV-PSOE Aarón Cano, curiosamente un gran aficionado blanquinegro. De hecho, se define como «xoto i faller». En ese mensaje, Cano hacía referencia a la falta de reacción que había demostrado el club después de lo ocurrido el domingo.

Tanto fue el malestar que creó en el seno del Valencia que ayer se efectuó una llamada telefónica al PSPV para hacerles constar su disconformidad con la postura manifestada por este activo aficionado socialista.

Tal fue la reacción por parte del consejo que, de hecho, el punto éste referido a Cano fue el más amplio de todos los que fueron expuestos en un escrito oficial que en este aspecto ha resultado inusual. Hasta tal punto que no deja lugar a dudas respecto a su postura de rechazo. «El Valencia desea lamentar las manifestaciones del dirigente provincial del PSPV-PSOE Aarón Cano. Los dirigentes del club, con su presidente Amadeo Salvo a la cabeza, no sólo no comparten los comportamientos perseguibles -como asegura el Sr. Cano de forma frívola e irresponsable- sino que condenan absolutamente cualquier muestra antidemocrática y de ideologías xenófobas o anticonstitucionales». Es más, el Valencia -según reza el comunicado-, «espera una rectificación y conocer si estas manifestaciones son respaldadas por el PSPV-PSOE». Este partido aseguró que la postura oficial fue la que trasladó el pasado lunes Mercedes Caballero, secretaria de deportes, pidiendo a la Fiscalía que investigara los cánticos. Lo de Cano queda pues como la opinión de un militante.

En una vuelta de tuerca más a la situación creada por el socialista, y que ha sido bastante criticado en la red, el club despliega su sentimiento ajeno a cualquier intención política. «El Valencia desea expresar su rechazo al intento de politizar sistemáticamente cualquier tema de actualidad del club con fines electoralistas. El Valencia es una institución plural, apolítica y privada, formada por millones de seguidores de diferentes ideologías, razas, religiones y credos, donde impera el respeto entre unos y otros, además del deseo firme de que algunos políticos dejen de buscar notoriedad a través del Valencia».